miércoles, 6 de mayo de 2009

BRINDAR MAS INFORMACION AL PUBLICO

Venezuela  tradicionalmente no es una nación consumidor y menos, productor de vino. Hace 10-15 años el consumo fue mínimo, con pocos iniciados, educados en otros países, principalmente en Francia. Otros eran los  emigrantes europeos, consumiendo los vinos sencillos con sus platos diarios, mayoritariamente italianos, españoles y portugueses. El mercado venezolano satisfizo esta demanda precaria en oferta y en volumen. Tímidamente llegaron los "vinos tintos" y "vinos blancos" de Chile, sin pretensiones, ocupando las anaquelerías de los supermercados y los estantes de los restaurantes. Desde los años '90, primero lentamente, y en los últimos años acceleradamente cambió el panorama. Eventos de envergadura nacional e internacional, columnas en los periódicos, noticias sobre algunas bondades del consumo moderado del vino y el los últimos tiempos los programas de los canales "gourmet" de la televisión, llamó la atención al vino. Los importadores de esto caldo han respondido a esto interes creciente en la población venezolana. Clubes de enófilos, cursos de cata también elevaron el conocimiento y la curiosidad en mucha gente. Surgieron nuevos cosumidores, jovenes, damas (quienes son los pricipales compradores del vino en los supermercados), a quienes hay que tomar en cuenta y educarlas muy seriamente.
Del lado de los países productores también hay oferta de vinos de nuevas regiones, además hay países emergentes, con extraordinarios vinos. El "gran vino" ya no es el privilegio de Francia, sino lo hay también en Italia, España, Portugal y hay en los países emergentes, como Australia, Nueva Zelanda, Sur Africa, Chile, Argentina, Uruguay, Los Estados Unidos, Canada, o países de vieja tradición, rejuvenecidos, como Alemania, Austria, Hungría, Grecia, incluso, Moldavia y Georgia. El mercado venezolano reaccionó muy rápido a estos cambios y la mayoría de estos países están presentes con algunos vinos. Más bién, el consumidor no puede seguír la expansión accelerada de la oferta, no puede seguír ni  con tiempo, ni con dinero, tampoco tiene la información apropiada. Conocer a más de 1000 etiquetas que llegan en un año a Venezuela, significaría abrir casi 3 etiquetas diferentes al día. El consumidor tiene que ser selectivo, y ser selectivo, requiere más información. Informar al consumidor es la primera obligación del importador. El importador aún más está obligado a brindar la información apropiada, si es importador de muchas etiquetas. Salud, Ferenc.


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